Jornada VII. Alavés 2 – 0 Mallorca

Qué difícil es mantener la ilusión tras una victoria en siete jornadas, joder. Qué complicado. Casi como seguir creyendo en esta plantilla y este cuerpo técnico sin tener que sentirte avergonzado. Poniendo el énfasis única y exclusivamente en el balón. Qué cabrón, el balón. Ese que nos ha hundido en la clasificación. El que decide. El que manda. Ante el que no existe posible reclamación.

Quiero seguir creyendo en la salvación sin tener que pedir perdón. Quiero que la búsqueda de los tres puntos prime, ahora mismo, sobre la búsqueda de culpables. Quiero creer, y creo, que Vicente Moreno dedica más tiempo a meditar si introduce cambios en el once que a lamentar la desatención que recibieron sus peticiones el pasado verano. Quiero creer, y creo, que Vicente Moreno pierde el sueño devanándose los sesos, intentando encontrar una solución. Quiero creer, y creo, que a Vicente Moreno le importa una soberana mierda un tuit enviado desde las instalaciones del Watford.

Al Mallorca no le sobra nada. Va justito, no jodamos. Basta con mirar la clasificación. Y, aun así, quiero creer, y creo, que Dani Rodríguez, Raíllo, Valjent, Baba o Budimir eran jugadores de Primera camuflados en Segunda División. Quiero creer, y creo, que son capaces de volver a ganar tras seis jornadas consecutivas sin hacerlo. Y, aunque pocos, a la espera de noticias, sólo dos, quiero creer, y creo, que Febas y Kubo sí disponen de la calidad necesaria para sumar y que el objetivo de la permanencia sea, como mínimo, factible.

La única certeza, la única verdad vertida aquí entre tantas palabras huecas, es que con los 4 puntos cosechados hasta la fecha, pendientes tan solo 93 por disputar, el Mallorca ya no podrá igualar la Liga de los 100 puntos conseguida por el Madrid. Tendremos que convivir con ello. Y, mientras tanto, habrá que pelear cada balón.

Las cosas se podrían haber hecho mejor. Parece que no queda ninguna duda. ¿Peor? Supongo que también. Este verano, al menos, no sonó Leo Ulloa para el Mallorca (ojo, que el sábado se cascó un doblete con el Rayo ante el Fuenlabrada). No. De aquí no nos va a sacar ninguna reunión, ningún despacho, ninguna llamada de teléfono. Diciembre, si es que llega, todavía queda muy lejos. De aquí abajo sólo nos puede sacar el balón. Qué cabrón, el balón. El que decide. El que manda. Ante el que no existe posible reclamación.

La afición, que no juega, la única sin responsabilidad en todo este embrollo, tiene la oportunidad, tan incómoda como perfecta, para demostrar una experiencia y calidad incluso superior a la de aquellos que no llegaron. No es fácil. Mantener la ilusión. Seguir creyendo en la salvación sin tener que pedir perdón.

RCD Mallorca: Reina; Sastre, Xisco Campos, Valjent, Gámez; Kubo, Baba (Abdón Prats, 77′), Salva Sevilla, Lago Junior (Aridai, 77′); Aleix Febas (Dani Rodríguez, 66′) y Budimir.

Goles: 1-0 (76′) Lucas Pérez, de penalti; 2-0 (86′), alguien tras culminar una contra del Alavés.