Jornada IV. Mallorca 0 – 0 Athletic Bilbao

Ganar es lo que quieren los dos equipos cuando saltan al terreno de juego. Ganar es lo que da sentido a este juego. Ganar te otorga los tres puntos, te aúpa en la clasificación y te deja ese buen cuerpo que dura toda la semana. Y, a pesar de todo, ganar no siempre es posible. Por mucho que lo intentes, por mucho que te esfuerces, por mucho que lo merezcas. La victoria es esquiva y tiene voluntad propia. En ocasiones, se alía con la fortuna y es ella quien escoge al pretendiente.

Exigir la victoria es inhumano, no es justo. En fútbol dos más dos suelen ser cuatro, pero no siempre. Tener a los mejores ayuda, no seamos necios, pero ni siquiera eso te garantiza los tres puntos. El Barça, con Messi, también ha perdido partidos. Pues imaginaos el Mallorca, que ni cuenta con el astro argentino y al que, según algunos, le falta Calidad. Calidad, bonito nombre. ¿Le habrá fichado alguien ya?

Sonará a herejía, a blasfemia. Temo ser repudiado, a que se me niegue una digna sepultura el día de mi fallecimiento, pero yo, a este equipo, no le exijo la permanencia. Yo lo que le pido, casi le ruego, es que siga compitiendo, jugando como hasta ahora. Que no desfallezca si cunde el desánimo, si la victoria nos da la espalda en este principio de campeonato. Que la siga cortejando, con insistencia. Que nos dé el sí casi por derribo. La pelotita entrará, estoy convencido. No sé si contra el Getafe, no sé si contra el Atlético de Madrid. Jugando así, como saben, entregados hasta la extenuación, la salvación se nos dará por añadidura.

Y no os engañéis. Yo quiero ganar. Siempre. O, al menos, cuantas más veces mejor. Pero mientras espero esa nueva victoria, me rompo las manos aplaudiendo a los hombres de Vicente Moreno. Los aplaudo por su honradez, por su trabajo y, sí, también por su buen juego. Porque ahí no interviene esa ramera de la suerte. Cada partido del Mallorca es un ejercicio de voluntad, de autoexigencia. Un examen que el equipo saca con nota. Exigir la victoria es inhumano, no es justo. El Barça, con Messi, también ha perdido partidos.

Mientras tanto, que le den la pelota a Febas, lo más cerquita del área rival posible. O a Dani Rodríguez, que tiene la sana costumbre de correr hacia adelante. También a Salva Sevilla. Será porque es el que más se expone, el que más se atreve, pero el andaluz tiene que vigilar esas pérdidas de balón cuando el equipo sale desde atrás. Que se la den a cualquiera y que jueguen, que sigan jugando como hasta ahora. Todavía no hemos fichado a Calidad, pero, de momento, yo me apaño con los nuestros.

RCD Mallorca: Reina; Sastre, Raíllo, Valjent, A. Baba; Dani Rodríguez (Kubo, 63′), Baba, Salva Sevilla, Lago Junior; Febas (Álex Alegría, 84′) y Budimir (Abdón, 75′).

Goles: No hubo, pardiez.