Nacho Mallo ( @NACHOMALLO )
Todos los aficionados mallorquinistas queríamos, y creíamos, que contra el Dépor podíamos celebrar la consecución del premio de jugar el play-off. Pero la incertidumbre nos sigue amenazando, así que no hay que perder la cabeza y lamentarse más de lo necesario. La confianza en este equipo sigue siendo plena, al menos para clasificarse entre los seis primeros.
El partido se planteó con ambición y sin especulaciones. El Mallorca jugó de poder a poder contra el equipo coruñés, obligado a ganar para seguir optando también al mismo premio. Ya en el 55’, el primer cambio de Vicente Moreno apostaba por ir a por el partido. Entró Abdón en lugar de Aridai con diez minutos de antelación, pues normalmente el míster suele esperar hasta el 65’ para realizar este cambio. Los coruñeses también intentaban buscar la portería contraria, hay que reconocer que Reina tuvo que intervenir en algunas ocasiones, pero en absoluto fueron superiores a nosotros.
Excelente trabajo de todo el equipo con un Valjent sobresaliente durante todo el partido, a pesar de que fuese el que cometió el penalti. Un penalti, dicho sea de paso, mucho más que dudoso desde mi punto de vista.
Por poner algún pero, me parece que a nosotros nos daba igual el empate que la victoria. Un punto en tierras gallegas nos otorgaba el pasaporte al play-off, exactamente lo mismo que si consiguiésemos los tres. Que en el 92’, repito 92’, Estupiñán acabe la jugada en el área pequeña contraria y en el 94’, Joan Sastre pierda esa pelota fatal cerca de la portería del Dépor, me parecen una falta de experiencia y quizá un exceso de ambición. Dar opciones al contraataque, con el punto en el bolsillo y ante un rival obligado a ganar, no me parece lo más inteligente.
Ahora, como digo en el título, hay que tener un poco de paciencia para obtener la clasificación. La lectura positiva es que la derrota debe servirnos a modo de aprendizaje y nos obliga a llegar al sprint final en tensión máxima. Matemáticamente nos hace falta una sola victoria y tenemos dos opciones, aunque ninguna será fácil. El Granada viene el domingo con la necesidad de puntuar para conseguir el ascenso directo y en el último partido vamos a Almendralejo. Y aunque el Extremadura ya no tiene que luchar por nada, estamos viendo que nadie lo pone fácil, verbigracia Nàstic ante nosotros.
El domingo a las 20:00, horario compartido con todos los que se juegan algo, hemos de someter a las huestes de Boabdil el Chico para encarar el último partido con tranquilidad y preparar así las eliminatorias que han de venir. Es otro encuentro para que el aficionado demuestre su calor.
Nacho Mallo
Nacido el 20 de febrero de 1960, el guardameta gallego defendió la portería
bermellona durante seis temporadas, desde la 82/83 hasta la 87/88.
En ese tiempo disputó 102 encuentros, tanto en Primera como en Segunda División, peleando siempre por la titularidad con grandes porteros como Zubeldia o Ezaki Badou. Tal y como recoge Xesc Ramis en su Diccionario de jugadores del Real Club Deportivo Mallorca (Editorial Siníndice, 2017), «era un portero con muy buenas manos, agilidad asombrosa y mucha tranquilidad en los momentos de más presión».
Actualmente es tertuliano en el programa Ser Deportivos Baleares, dirigido y presentado por Pedro Morlà.