Nacho Mallo ( @NACHOMALLO )

Hay que frotarse los ojos para verificar que es cierto lo que está pasando en este Mallorca. La semana pasada ganamos en Málaga con un gol en los últimos instantes protagonizado por dos jugadores que salieron desde el banquillo. Ayer se ganó, diría que ya desde las duchas, con un golazo de Álex López que no jugaba, ya no de titular, ni siquiera disfrutando minutos desde el banquillo desde hace varias jornadas. Y digo golazo porque la dificultad que entrañaba ese control de espaldas, al que nos tiene más o menos acostumbrados, de un globo lanzado por Dani Rodríguez al punto de penalti, zafarse de los dos defensores girándose y rematando a la media vuelta tiene mucho mérito. Y no hace mucho un empate valioso en Soria también llegando al final del partido. Hace no tanto tiempo todo lo que podía salir mal, salía mal. Ahora, sin embargo, llevamos el viento de cola. ¡Dinámicas!

Empezamos el partido bastante bien, con el único cambio en la alineación de Sastre por Gámez. El lateral se prodigó bastante en ataque y estuvo incansable, aunque creo que sin una definición clara en sus llegadas por banda. Desde mi punto de vista, ha de llegar más a la línea de fondo. El juego era bastante combinativo y la posesión era muy superior a la del Sporting, que apostaba por un juego más directo. Alguna jugada un tanto extraña de Reina, como un pase al contrario, un regate a Djurdjevic…, todo, afortunadamente, sin transcendencia. Pero llegó el gol, en claro fuera de juego de Budimir, y a partir de ahí fuimos más tímidos a la hora de crear. El tesoro ganado nos hizo temer su pérdida. La lógica se impuso y los asturianos empataron sobre la media hora. Los últimos minutos de la primera parte fueron un poco de desconcierto.

Pero llegó la segunda mitad y los de Vicente Moreno se lanzaron a recuperar el botín perdido. Salva Sevilla hiperactivo, participando en todas o casi todas las jugadas; Dani Rodríguez dejándose ver por todas partes; las bandas se intercambiaron menos que en la  primera parte. Creo que Aridai baja mucho su rendimiento en la izquierda, aunque entiendo la labor de despiste que tienen esos intercambios. Y llegan los cambios. Abdón y Leo, entraron como la semana anterior como recambios, digamos naturales, de Budimir y Aridai. Es decir, no se cambió el esquema. Un esquema que se vio profundamente alterado con la retirada de Marc Pedraza y la entrada de Álex. Y, otro partido más, los cambios surtieron el efecto deseado. El más relegado de los tres sustitutos en los últimos partidos fue el autor de un gol con tintes épicos que hace soñar nuevamente a Son Moix.

Pero hay que tener los pies en el suelo. Y aunque el ascenso directo parece muy cercano, 4 puntos, el caerse del play-off está a 6 o menos dependiendo del resultado del Málaga en Cádiz en el encuentro de hoy lunes. Pero lo cierto es que nadie nos puede arrebatar el derecho a soñar, y menos con la velocidad que ha cogido esta locomotora, difícil de parar. De los equipos de arriba somos los que estamos llegando con mejores sensaciones. Únicamente Osasuna se asemeja a nuestras últimas jornadas; y eso da mucha moral y confianza, ingredientes básicos para lograr la gesta soñada.

El sábado 11 a las 16:00 nos esperan en la Imperial Tarraco con un equipo ya en Segunda B y que nos podría dar otro empujón hacia el cielo del ascenso. Seguro que no será fácil, pero creo que es una muy buena oportunidad de afianzar la posición que nos permite hacer cábalas.

Nacho Mallo

Nacido el 20 de febrero de 1960, el guardameta gallego defendió la portería

bermellona durante seis temporadas, desde la 82/83 hasta la 87/88.

En ese tiempo disputó 102 encuentros, tanto en Primera como en Segunda División, peleando siempre por la titularidad con grandes porteros como Zubeldia o Ezaki Badou. Tal y como recoge Xesc Ramis en su Diccionario de jugadores del Real Club Deportivo Mallorca (Editorial Siníndice, 2017), «era un portero con muy buenas manos, agilidad asombrosa y mucha tranquilidad en los momentos de más presión».

Actualmente es tertuliano en el programa Ser Deportivos Baleares, dirigido y presentado por Pedro Morlà.