Nacho Mallo ( @NACHOMALLO )
Hemos visto uno más de los habituales partidos en Segunda División: mucha igualdad y con un resultado de empate. Pero también es un punto más. Y visto lo complicado que es sumar de tres en tres, debemos valorar su importancia tanto aritmética como moral. Más todavía cuando se rescata en el minuto 90 cuando ya parecía que podíamos regresar injustamente de vacío. Premio a la persistencia y la constancia; esto hay que aplaudirlo y valorarlo.
Puede parecer poca renta, pero el estímulo que da verte entre los clasificados para el play-off, es verdaderamente un extra de energía para toda la plantilla. Y, por supuesto, también para la afición.
Ha sido otro partido más de esos a los que también nos tiene acostumbrados este Mallorca. El equipo arranca un poco titubeante, pero cuando el marcador se pone en contra, parece que despierta e intenta morder de verdad. Podemos decir que aplastó al Numancia en la segunda mitad, aunque con pocas ocasiones claras de gol.
Esquema de 4-5-1 con la inclusión lógica, desde mi punto de vista, de Aridai en el once titular, así como la obligada de Salva Ruiz por Estupiñán. La más sorprendente, a tenor de las últimas alineaciones, fue la de Pedraza por Baba.
Los cambios han ido en consonancia con el resultado y las diferentes circunstancias del juego: Abdón por Pedraza, éste último cargado además con una tarjeta. El equipo pasó a jugar un 4-4-2, sin pivote claro, lo que suponía un riesgo añadido, pero el Numancia renunció por completo a jugar y eso nos vino bien. También entró Gámez por Salva Ruiz, parece que algo tocado, y Leo Suárez por Aridai.
Aunque creo que la primera y la segunda parte fueron muy distintas, también considero que en ambas hemos carecido de un patrón definido de juego con el balón en los pies. Únicamente en los minutos finales del partido parecía que teníamos claro que había que intentar llevar el cuero a las bandas, para, desde ahí, crear peligro.
Lo que no acabo de entender muy bien es la colocación de Sastre en la estrategia defensiva en la falta del gol. Si es porque se lo han ordenado, no entiendo muy bien su función; y si es por decisión propia, error grave. Detalles a tener en cuenta y que pueden resultar decisivos.
A pesar de los peros que pueda ir poniendo en mis escritos, sigo viendo a un Mallorca muy regular, muy constante. Esta sensación me hace sentir muy optimista de cara a poder jugar el play-off de ascenso. La tranquilidad que se respira en el ambiente es muy positiva; en Coruña y Málaga, candidatos también claros al ascenso, ya han despedido a sus entrenadores.
El sábado 20 a las 20:00 en Son Moix recibimos al otro Rayo madrileño; equipo tremendamente irregular que ganó en Coruña al Depor y pierde en casa con el Tenerife. Estoy muy confiado en la victoria local si jugamos con la intensidad de siempre.
Nacho Mallo
Nacido el 20 de febrero de 1960, el guardameta gallego defendió la portería
bermellona durante seis temporadas, desde la 82/83 hasta la 87/88.
En ese tiempo disputó 102 encuentros, tanto en Primera como en Segunda División, peleando siempre por la titularidad con grandes porteros como Zubeldia o Ezaki Badou. Tal y como recoge Xesc Ramis en su Diccionario de jugadores del Real Club Deportivo Mallorca (Editorial Siníndice, 2017), «era un portero con muy buenas manos, agilidad asombrosa y mucha tranquilidad en los momentos de más presión».
Actualmente es tertuliano en el programa Ser Deportivos Baleares, dirigido y presentado por Pedro Morlà.