Nacho Mallo ( @NACHOMALLO )

Partido en el que las previsiones nos hacían presagiar un empate. Se enfrentaban dos equipos rocosos, con dificultad de cara al gol. La teoría se reforzada viendo el primer tiempo, en el que las ocasiones de gol brillaron por su ausencia. Pero creo que hubo un detalle muy importante, quizás más mental que en la praxis: la presencia de dos puntas desde el inicio del encuentro y todos los cambios con intención de ataque. Eso fue un mensaje claro tanto para nuestro equipo y afición, por supuesto, como también para el contrario. Y por eso creo que salió premiado con la victoria.

Es verdad que en la primera parte no creamos ocasiones, tampoco ellos, pero el Oviedo no quiso, ni pudo descuidarse en ningún momento. Eso fue determinante. Empieza la segunda parte en la que sí fuimos claramente dominadores y, aunque el cambio de Stoichkov por Álex López, muy trabajador como siempre, podría parecer no excesivamente ofensivo, sí lo fue en la práctica. Lago Junior se colocó un poco más adelantado, dejando el pasillo de la banda izquierda para Estupiñán, que volvió a prodigarse en ataque. Este planteamiento se vio complementado con la entrada de Leo Suárez, jugador ofensivo eminentemente, quitando al batallador Dani Rodríguez. Y la consecuencia fue que se jugó casi todo el tiempo en campo contrario y, aunque nos cueste hacer ocasiones claras, tanto fue el cántaro a la fuente que al final llegó el gol. Premio justo, desde mi punto de vista, para el equipo que fue más ambicioso. La semana pasada reclamaba desde aquí que, al menos en casa, jugásemos con un poquito más de riesgo. Y a pesar de que no siempre se consigue la recompensa, ésta vez sí.

Salva Sevilla estuvo un poco más entonado que últimamente. Y eso también lo nota el equipo. Creo que su buena actuación se debe a que estando la pelota donde ha estado durante la segunda parte, es mucho más eficiente. Ya sé que podemos perder, pero creo que ese pequeño paso adelante en la apuesta ofensiva, nos puede dar una opción de llegar a los puestos de play-off. Ya tenemos 45 puntos, más los tres seguros del partido frente al Reus, son 48. Creo que es momento de hablar claramente de la opción de luchar por otro objetivo, sin falsas modestias.

Budimir cuajó también un excelente partido al que únicamente le faltó rubricar con un gol, sobre todo en la jugada que dejó sentados a dos contrarios. También pudo haber pasado a Lago Junior que estaba sólo a su izquierda, pero los delanteros tienen normalmente ese ansia de gol y no es malo.

El próximo domingo 17 en el estadio de Gran Canaria del Las Palmas a las 20.00 h hemos de tomarnos un racimo de plátanos que nos den fuerza y esperanza para el último sprint.

Nacho Mallo

Nacido el 20 de febrero de 1960, el guardameta gallego defendió la portería

bermellona durante seis temporadas, desde la 82/83 hasta la 87/88.

En ese tiempo disputó 102 encuentros, tanto en Primera como en Segunda División, peleando siempre por la titularidad con grandes porteros como Zubeldia o Ezaki Badou. Tal y como recoge Xesc Ramis en su Diccionario de jugadores del Real Club Deportivo Mallorca (Editorial Siníndice, 2017), «era un portero con muy buenas manos, agilidad asombrosa y mucha tranquilidad en los momentos de más presión».

Actualmente es tertuliano en el programa Ser Deportivos Baleares, dirigido y presentado por Pedro Morlà.