Nacho Mallo ( @NACHOMALLO )
… y gracias. Siendo justos, el Tenerife buscó y mereció más en este partido. Normalmente un empate fuera de casa no es un resultado que sea desdeñable, pero tal y como se ha desarrollado éste, creo que todos estaremos de acuerdo en que el punto cosechado queda lejos de lo que parecía que podíamos conseguir.
Dadas las circunstancias que últimamente estaba pasando el equipo de Oltra, parecía lógico pensar que podía ser un campo donde sacar una victoria. Y todo empezó bastante bien. Con el gol de Estupiñán en el primer cuarto de hora la teoría de la victoria se veía alimentada. Pero el asomarse al abismo del triunfo fuera de campo nos da un vértigo que atenaza el buen hacer del que es capaz nuestro Mallorca. Después de unos minutos de desconcierto, el Tenerife pasó a ser dominador en el último tramo de la primera parte y nos achuchó. Conseguimos mantener el resultado aunque, eso sí, perdiendo posesión y dominio en el juego.
Empezó la segunda parte que se preveía de sufrimiento, pero la suerte quiso echarnos una mano. O un pié quizá, en forma de tropezón del guardameta Dani Hernández. Budimir, atento, aprovechó el resbalón del guardameta y puso el 0-2 en el marcador. El delantero croata luchó mucho y dejó detalles, aunque creo que se le acabó la gasolina en la segunda mitad. Era el minuto 2 de la segunda parte y parecía que podía ser la sentencia del partido, no por el resultado, que tampoco era tan abultado, pero sí por la sensación de que le tenía que haber hecho mucho daño al equipo canario. Nada más lejos de la realidad.
El resto del partido fue un total dominio y presión del Tenerife, con ocasiones de gol, algunas bien resueltas por Reina, otras con suerte para nosotros. A pesar de todo, se mantenía la diferencia. Y vinieron los cambios. No los entendí muy bien. Creo que, en esta ocasión, Vicente Moreno no ha reaccionado acorde con las necesidades. El primero es el de Leo Suárez por Aridai, creando más desorden en el centro del campo. Luego, nada más marcar el Tenerife su primer gol, viene el de Baba por Pedraza, me imagino que por cansancio. Desde mi humildísima opinión, la entrada de Iddrisu tendría que haber sido la primera. Y no por Pedraza, si no por Aridai. Hacía falta reforzar mucho más el centro del campo, donde nos veíamos desbordados. El último, menos entendible para mí, ya que pasar a jugar con dos puntas en el minuto 84, con el 1-2 en el marcador y retirando a Salva Sevilla, implica menos control de pelota si cabe y alimentar las llegadas al área del equipo contrario. Así sucedió en el minuto 92. Y repito que gracias, porque el Tenerife mereció incluso más, a pesar de que quién le dio de comer fue el Mallorca
Quedémonos con que hemos sumado y a ver si a las 12 del domingo 3 del 3 sumamos otros 3 en Son Moix contra los ilicitanos, compañeros en nuestra liga el año pasado.
Nacho Mallo
Nacido el 20 de febrero de 1960, el guardameta gallego defendió la portería
bermellona durante seis temporadas, desde la 82/83 hasta la 87/88.
En ese tiempo disputó 102 encuentros, tanto en Primera como en Segunda División, peleando siempre por la titularidad con grandes porteros como Zubeldia o Ezaki Badou. Tal y como recoge Xesc Ramis en su Diccionario de jugadores del Real Club Deportivo Mallorca (Editorial Siníndice, 2017), «era un portero con muy buenas manos, agilidad asombrosa y mucha tranquilidad en los momentos de más presión».
Actualmente es tertuliano en el programa Ser Deportivos Baleares, dirigido y presentado por Pedro Morlà.