Nacho Mallo ( @NACHOMALLO )

La verdad es que un empate en Zaragoza no tendría que sonar a fracaso ni frustración, sino todo lo contrario. Pero tal y como se ha producido, creo que nos deja esas sensaciones.  Difícilmente se nos podrá plantear otro partido en campo contrario con tanta claridad para lograr la victoria. Ya van dos encuentros, que desde mi punto de vista, teníamos ganados y hemos acabado empatando: Extremadura y Zaragoza.

Estaba claro que la presencia de Salva Sevilla nos parece a casi todos importantísima, pero no pensaba que le echaríamos tanto de menos en tan poco espacio tiempo. Es cierto que el Zaragoza apretó un poco más en la segunda parte, pero no como para quebrantar a un Mallorca que suele ser muy sólido, sobre todo cuando el almeriense maneja con criterio la posesión de la pelota.

Repasando el encuentro podemos observar que iniciamos el partido con el plan B de la semana anterior contra el Córdoba. Cambio obligado en el centro de la defensa con Franco Russo en lugar de Raíllo y con Álex López en el equipo inicial. Buen partido también del delantero. Pasó a la posición, para mí la suya, de banda izquierda, Lago Junior, que está en estado de gracia y que una vez más ha sido el jugador desequilibrante que necesitaba este equipo. Muy buena primera parte pero, cuando parecía que simplemente bastaba con controlar un poco el partido, llegó la lesión de Salva Sevilla. El sustituto fue Baba. El criterio con la posesión del balón del que hablaba antes se fue diluyendo y eso alimentó las esperanzas de los zaragocistas. Lucas Alcaraz introdujo nuevos jugadores y cambió de esquema, inclinando el terreno de juego en favor de los blanquillos. No obstante, Arida, volvió a tener en sus botas el 1 a 3 que seguramente liquidaba el partido.

Me sorprendió un poco el cambio de Dani Rodríguez, sustituido por Sergio Buenacasa, no por calidad sino por características. Tengo la sensación de que el gallego es un poco más bregador y trabajador en ese centro del campo y que podía ser más necesario en el aspecto defensivo, pero Vicente Moreno se mostró más atrevido y valiente y optó por un jugador con más espíritu de ataque. Nada que decir.

Objetivamente a priori no es mal resultado, pero si consiguiésemos aprovechar estas oportunidades bastante claras de lograr tres puntos en lugar de uno, seríamos un equipo con serias opciones de estar en el play off de ascenso. No obstante no podemos olvidarnos que el equipo sigue dando la cara  y siendo competitivo, pero falta ese pequeño salto para colarnos definitivamente entre los candidatos firmes.

Veremos el domingo a las 12 en Son Moix si somos los romanos ante la numantina defensa.

Nacho Mallo

Nacido el 20 de febrero de 1960, el guardameta gallego defendió la portería bermellona durante seis temporadas, desde la 82/83 hasta la 87/88.

En ese tiempo disputó 102 encuentros, tanto en Primera como en Segunda División, peleando siempre por la titularidad con grandes porteros como Zubeldia o Ezaki Badou. Tal y como recoge Xesc Ramis en su Diccionario de jugadores del Real Club Deportivo Mallorca (Editorial Siníndice, 2017), «era un portero con muy buenas manos, agilidad asombrosa y mucha tranquilidad en los momentos de más presión».

Actualmente es tertuliano en el programa Ser Deportivos Baleares, dirigido y presentado por Pedro Morlà.