Alcorcón 1 – 0 Mallorca
Las cosas como son: jugar en Alcorcón es una mierda. Da igual que sea viernes, sábado o domingo; da igual si has tenido cuatro días o toda una semana para descansar; el Mallorca tiene más opciones de puntuar en el Bernabéu o en el Camp Nou antes que sacar algo positivo de Santo Domingo. Vosotros guardáis las portadas del Marca de cuando profanamos esos templos, yo haré lo mismo cuando derrotemos a los alfareros a domicilio.
Partido feo, malo y aburrido. Como mandan los cánones cuando los bermellones visitan el estadio favorito de Hennebole. Molesta costumbre convertida en tradición y de la que nos libramos el año pasado. Así que si nos queremos poner dramáticos, creo que la Segunda División bien vale una derrota en Santo Domingo. Lo que ocurre es que uno nunca se acostumbra a perder, ni siquiera en Alcorcón.
Tan cierto como que íbamos a perder en la Comunidad de Madrid era que Jonathan Pereira nos iba a meter un gol. Tan pequeño, tan achuchable, tan presente en mis pesadillas. Resulta que sólo nos había marcado con la camiseta del Valladolid (un hat trick, para ser más exactos), pero yo tengo su imagen celebrando goles frente a los nuestros en Villarreal, Lugo y ahora también Alcorcón. Con tanto mercado de fichajes y que nunca haya llegado a sonar para Son Moix.
Y es que si largo se hizo el partido del viernes, eterno se nos ha hecho el periodo de traspasos. Como un día sin tabaco. Como una temporada en Segunda B. El Mallorca ficha ahora a la romana, al más puro estilo Julio César. “Veni, vidi, vinci”, debió pensar Moyita, más ocupado en preparar y deshacer maletas que en darle patadas a un balón. Al menos el bueno de Tobias tuvo tiempo de debutar en Alcorcón. Llegó septiembre, se marchó Bonilla y no nos echaron ni un mísero Lampros Choutos que llevarnos a la boca antes de dormir.
El cuero que pega al palo y no sabe a dónde ir. Hacer pronósticos a estas alturas es tan osado como vaticinar el rendimiento que ofrecerá Valjent a lo largo del campeonato. Hace falta una muestra más grande de partidos y rivales para conocer el nivel real de la plantilla. Pero mientras, sumar 6 de 9 no es para nada una mala opción. Era, de hecho, casi más difícil que puntuar en Alcorcón.