Nacho Mallo
Hace unas semanas comentaba que la lógica es el mejor camino para conseguir el éxito. El Mallorca aplicó dicha lógica frente al Mirandés y, si bien es cierto que los burgaleses solo están heridos, no muertos, el resultado se puede considerar un éxito.
¿De qué lógica hablo? Pues de la alineación y del sistema. Me atrevería a decir que los once titulares que salieron de inicio frente a los de Pablo Alfaro están en el 90% de los casos en la alineación ideal de los aficionados del Mallorca. Se ve, también, que en la de Vicente Moreno, siempre que estén en forma y les respeten las lesiones. Se jugó un claro 4-4-2 que me parece el más apropiado para este equipo con todo lo que hemos visto. No se especuló con el resultado y eso dio sus frutos.
La fortuna también tiene algo que decir, sobre todo por el hecho de marcar tan pronto. A partir de entonces, no solo juegas con el extra de confianza que te da, sino también con la seguridad que le quita al contrario. Buen gol de Lago Junior, nada fácil aunque lo pareciera, enganchar tan certeramente y a esa distancia el buen centro de Sastre. El empezar el partido ganando 1-0 significa mucho para el plan propio y resquebraja el del contrario. Pero el equipo siguió jugando con la misma intensidad hasta que se encontró con el segundo aprovechando la estrategia. Ahí tuvimos unos minutos en los que cedimos la iniciativa al equipo castellano y, aunque mentalmente es lógico que los jugadores quisieran salvaguardar el botín ya conseguido, no es la mejor medida a tomar. Acabó la primera parte y a todos nos parecía que esa diferencia de dos goles podría ser suficiente.
En la segunda hubo un poco de alternancia en el dominio, pero daba la sensación que el Mirandés quería algo más y, entrando sobre todo por la banda izquierda de su ataque, nos creó varios problemas. Cuando mayor sensación de peligro estaba ofreciendo, llegó el tercer gol local en un claro despiste de su defensa, seguramente motivado por la necesidad de buscar la portería rival.
En ese momento y con ese resultado parecía que la eliminatoria estaba prácticamente finiquitada. Pero llegó el gol en contra. El tanto visitante es una inyección de vida muy importante en las venas de los jugadores y los aficionados del Mirandés. Ahora se ven con alguna posibilidad de poder remontar, aunque en mi opinión, si antes de empezar la eliminatoria podríamos decir que la misma estaba al 50%, en estos momentos ese porcentaje ha aumentado al menos a un 80% para nuestros intereses. Si el Mallorca presenta su cara buena es muy difícil que nos eliminen, pero a nadie se le escapa que el equipo burgalés gana muchos enteros en su campo.
No quiero dejar de mencionar las buenas sensaciones que dejó Bustos en los minutos que jugó y en los que únicamente le faltó hacer gol, sobre todo en esa ocasión en la que después de hacer una gran jugada dentro del área, se quedó solo delante del portero. Podría haber sido la puntilla. Creo que es la alternativa, dentro de la lógica, al once presentado.
Una semana más. Ese es el tiempo que nos queda para poder decir que nuestro paso por el subinfierno (si el infierno es la segunda A, es el epíteto que se me ocurre para la segunda B) ha sido lo efímero que esperábamos.
Suerte y paciencia.
Nacho Mallo ( @NACHOMALLO )
Nacido el 20 de febrero de 1960, el guardameta gallego defendió la portería bermellona durante seis temporadas, desde la 82/83 hasta la 87/88.
En ese tiempo disputó 102 encuentros, tanto en Primera como en Segunda División, peleando siempre por la titularidad con grandes porteros como Zubeldia o Ezaki Badou. Tal y como recoge Xesc Ramis en su Diccionario de jugadores del Real Club Deportivo Mallorca (Editorial Siníndice, 2017), «era un portero con muy buenas manos, agilidad asombrosa y mucha tranquilidad en los momentos de más presión».
Actualmente es tertuliano en el programa Ser Deportivos Baleares, dirigido y presentado por Pedro Morlà.