Año I en el Destierro. Jornada 35. Mallorca 3 – Olot 1
Discutibles. Absurdas. Evitables. Demasiadas tarjetas, en definitiva. La de ayer, sin embargo, además de justa, era totalmente necesaria. El precio exacto por una celebración auténtica, balsámica y reveladora. Abdón Prats se acercó al Fondo Norte de Son Moix y desde allí, altar improvisado, nos invitó a meter nuestro dedo en la marca de los clavos de este equipo, a introducir nuestra mano en su costado.
Hacía falta jugar así. Hacía falta ganar así. Hacía falta celebrarlo así. Y, además, tenía que ser él. Porque gente como Abdón es la última trinchera del fútbol jugado con sentimiento. Un fútbol donde te entregas en cada jugada y en el que necesitas sentir la cercanía, el contacto de los tuyos. No hay lírica. No hay poesía. Hay esfuerzo, constancia y sacrificio. Hay algo que merece respeto, más allá de ese maldito acierto. Un acierto sujeto, la mayoría de las veces, a demasiadas variables externas.
El núcleo duro del vestuario se encargó de levantar el triunfo frente al Olot. Los Reina, Raíllo, Lago Junior y compañía despejaron las dudas que sobrevolaban sobre sus cabezas con la misma fuerza con la que Abdón golpeaba al balón en su segundo gol del encuentro. Superada la lesión, Lago sacó a pasear lo mejor de su repertorio y firmó una actuación brillante, prometedora de cara a lo que se avecina. Raíllo ejerció de mariscal en el centro de la defensa y sigue en busca de ese gol que el travesaño le negó en esta ocasión. No te pierdas, chaval. Serénate. El equipo, la afición, tú mismo, te necesitas. Reina estuvo donde tenía que estar, que es lo que lleva haciendo la mayor parte de esta temporada.
De entre los nuevos, parece que Aridai, Bustos y Salva Ruiz han decidido engancharse al equipo en el mejor momento posible. Puede que en alguna ocasión nos haga maldecir por lo bajo, pero el canario tiene que perder tantos balones como haga falta. Es su juego. Lo único que tiene que aprender es a perderlos donde no sea peligroso para el equipo. Bustos sabe jugar a fútbol. Y, a diferencia de hace algunas jornadas, ahora también quiere jugar a fútbol. Salva Ruiz completó un partido soberbio, lleno de detalles de calidad y entrega. Sólo su inquebrantable fe vislumbró una asistencia de gol, el segundo, donde todos veíamos un balón perdido.
El Mallorca tiene lo que necesita. Gente corriente a punto de conseguir algo extraordinario. Gente normal que debe seguir desempeñando con pasión su tarea. Puede que el Mallorca disponga, incluso, de buenos futbolistas. Los mismos que han colocado al equipo en lo más alto de la clasificación. Los mismos que se han ganado el derecho a entrar en la historia reciente del club.
RCD Mallorca: Reina; Sastre, Xisco Campos, Raíllo, Salva Ruiz (Fran Gámez, 78′); Aridai, Pedraza, Salva Sevilla, Bustos (James, 62′); Lago Junior y Abdón Prats (Ndi, 68).
Goles: 1-0 (14′) Prats desvía con el tacón un disparo de Salva Ruiz desde la frontal; 2-0 (47′) Aridai, desde dentro del área, tras una asistencia de Salva Ruiz y tras tocar el balón en un defensor; 3-0 (67′) Prats, volando y de volea, tras un pase magistral de James; 3-1 (87′) Santo Tomás bate a Reina.
* Artículo publicado en Fútbol desde Mallorca el 24 de Abril de 2018.
Quedan tres jornadas y sólo necesitamos un punto. Ser campeón antes de acabar la liga da tranquilidad y es éso precisamente lo que me preocupa. Hay que llegar fuertes al playoff y la mejor manera no es sólo ganando sino desplegando un buen fútbol.
Vamos Mallorqueta! Un saludo de un fan muy corriente!
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