Ignacio García Mallo
La sensación que ahora mismo sobrevuela a la mayor parte de la afición mallorquinista es de pesadumbre y desazón. El partido contra el Sabadell nos ha dejado a todos un mal sabor de boca ya que parecíamos irremediablemente dirigidos a la consecución del título. Incluso sin puntuar, dependiendo de los resultados de nuestros inmediatos perseguidores, cabía la posibilidad de campeonar esta misma semana. No ha podido ser. El momento de lograrlo no es lo más importante, cierto, pero se ha perdido la oportunidad de disfrutar de una espera serena de cara a los play-off.