Año I en el Destierro. Jornada 19. Mallorca 2 – Deportivo Aragón 2

Los que más saben aseguran que la primera derrota de la temporada se producirá en un campo de césped artificial, en un desplazamiento o ante alguno de los gallitos de la categoría. Pero lo cierto es que ha sido en casa y ante el colista cuando más cerca ha estado el Mallorca de quedarse sin puntuar. Cábalas y especulaciones. Fútbol, al fin y al cabo. Espectáculo y polémica. La salsa de este deporte. ¿Qué sería de nosotros sin todo eso?

Dudar, criticar o menospreciar ahora a los jugadores y al entrenador que nos han encaramado a lo más alto de la clasificación me parece injusto y poco agradecido. Roza lo grotesco y está al mismo nivel que cuestionar a Manolo Reina por su mal partido de ayer. Y eso que jugó mal. Igual que el resto del equipo. A un nivel similar al de los últimos cuatro encuentros. Lo cortés no quita lo valiente.

Pero ahora, justo ahora, es el momento de tener paciencia y mostrar confianza. Esta actitud se encuentra en las antípodas de la inacción y casa perfectamente con el nivel de exigencia que le corresponde al club. El parón navideño llega en el mejor momento para el Mallorca y el mercado de fichajes abre las puertas a futuras incorporaciones para retocar una plantilla mermada por las lesiones.

Y si cansado estoy de aquellos que nos recuerdan a diario que quedar primeros es lo mínimo que se le puede exigir al club estando en Segunda B, tampoco quiero caer en el mantra de que las lesiones justifican el empobrecimiento en el juego y los resultados del equipo. No. Ahí emerge la figura del entrenador para encontrar soluciones, cambiar de sistema y probar a los menos habituales. El gol de Cedric, por muy afortunado que fuera, y el retorno de James, infinitos escalones por encima del jovencísimo Bryan Reina, son las mejores noticias del gris partido frente al filial maño.

Lo he dicho en más de una ocasión. Ni el Mallorca era la quintaesencia del fútbol moderno hace unas semanas ni es carne de descenso en estos momentos. El Mallorca es, simplemente, el líder de su grupo. Es el rival a batir, al que todos envidian y el que ocupa el puesto que todos anhelan. Y eso, a pesar de ser mucho, no es suficiente.

El ascenso. Ese es el único objetivo. Llegar al final del campeonato regular con la opción de regresar a Segunda A. Ni récord de puntuación ni racha de imbatibilidad. Eso no son más que indicadores y alicientes para mantener el nivel de exigencia. No hay espacio para la autocomplacencia ni la relajación, pero sí, al menos, un huequecito para el reconocimiento y el agradecimiento.

* Artículo publicado en Fútbol desde Mallorca el 18 de Diciembre de 2017.

RCD Mallorca: Reina; Joan Sastre, Xisco Campos, Raíllo (José Ángel, 79′), Bonilla; Pol Roigé (Cedric, 67′), Damià Sabater, Salva Sevilla, Bryan Reina (James, 52′); Álex López y Abdón Prats.

Goles: 0-1 (38′) Alguien; 1-1 (73′) Cedric desde la frontal, con la ayuda del portero; 2-1 (82′) Álex López de cabeza, tras centro de Bonilla; 2-2 (88′)  Uno que había entrado hacía 15 minutos.