Año I en el Destierro. Jornada 15. Mallorca 2 – Elche 0

Gracias. A ti. Sí, te lo digo a ti, jugador sin nombre. Hombre que llegaste sin hacer ruido y sin tu apellido a la espalda. Perdona, no te conocía. El ruido y los focos, mentiras al fin y al cabo, me tenían despistado. Llegaste hambriento, con tu ambición intacta. Para ti el Mallorca no era la respuesta fácil. Era el salto en tu carrera, la opción más deseada. Y eres consecuente. Y valiente. Y no escatimas esfuerzos. Gracias. Porque desconociendo lo que hay en tu interior, veo lo que haces y cómo te comportas. Y muestras respeto. Y aquí estábamos tan necesitados de eso, que tenemos mucho cariño acumulado para darte.

Te doy las gracias incluso a ti, que participaste en nuestra tragedia. Conocimos tus miserias y el descenso borró tu nombre. El viento arreció y se llevó lejos las hojas muertas. En algún momento deseaste alzar el vuelo tú también. Desaparecer. Pero aquí estás. El rojo ha florecido y ganado espacio en tu camiseta. Dejaste de ser un cromo y te has convertido en futbolista. ¡Bendito el pecado que te ha dado esta posibilidad de redención! Aprovéchala como hasta ahora. Apuesta por la victoria, siempre. Aunque duela. Aunque exija un puñetero último esfuerzo.

Gracias a todos. A ti, también. Porque pudiendo estar de vuelta, le has dado la vuelta a todo. Tu diestra muestra el camino y desmonta un mito. “La arruga es bella”, dicen. Mienten, una vez más. La cana. Ahí es donde radica la belleza. Gracias a vosotros, los más jóvenes. Gracias por aprovechar vuestra oportunidad. El descenso os abrió las puertas y vosotros os habéis encargado de arrancarlas. Gracias, por último, a ti, míster. Por tu carácter, por tu tesón, por tu dedicación.

Gracias a todos por ganar, que también es importante, no lo vamos a negar. Pero sobre todo, gracias por recuperar lo que parecía imposible, ese aroma añejo a Lluís Sitjar. Aroma a partido grande, más allá del rival, más allá de esta maldita categoría. ¿Qué más dará eso si juega el Mallorca? Ni resultado, ni clasificación. Jugando así, eso ya se nos dará por añadidura. Es tal esa certeza, esa seguridad, que nuestra máxima preocupación es, junto a Serrat, subir cantando la cuesta, que arriba nuestra calle se vistió de fiesta.

Gracias. Porque conseguir lo que estás consiguiendo en Segunda B es casi más difícil que criarte en Carabanchel. Y, a pesar de todo, surgen los acordes y nace esa voz, rasgada. Y me uno a ella, y te lo digo a ti, jugador sin nombre, “prometo estarte agradecido”.

RCD Mallorca: Reina; Joan Sastre, Xisco Campos, Raíllo, Bonilla; Lago Junior, Marc Pedraza, Salva Sevilla (Sabater, 83′), Ferran Giner (Pol Roigé, 61′); Álex López y Abdón Prats (Álex Serrano, 67′).

Goles: 1-0 (46′) El 7, al transformar un penalti cometido sobre el 9; 2-0 (54′) El 10 tras rematar en dos ocasiones un buen centro del 3.

* Artículo publicado en El Mundo – El día de Baleares el 22 de Noviembre de 2017.