Año I en el Destierro. Jornada 6. Mallorca 4 – Llagostera 0
El Mallorca golpeó primero, más fuerte y lo hizo en las dos áreas. No hay un solo “pero” a la victoria frente al Llagostera, sino más bien un “vamos” que se nos escapa al intuir de lo que es capaz el equipo. Los 16 puntos son más que elocuentes y se han convertido en un excepcional punto de partida para seguir “aprendiendo desde la victoria”, una de las máximas de Vicente Moreno. El liderato recién estrenado, sin embargo, no debe confundirnos. Con el otoño llegan las sombras y la del conformismo es alargada. Ahora mismo, el peor enemigo del Mallorca, es el propio Mallorca. Si el equipo dice basta, está perdido.
Y es este un mensaje cargado de optimismo, situado en la orilla opuesta a cualquier situación dramática o toque de atención. Lo que ocurre es que soy uno de esos pocos inocentes que todavía creen que el buen juego no está reñido con la victoria. Y estoy convencido de que lo mejor está por llegar. Porque el buen juego, a pesar de que ha quedado demostrado no ser un requisito en esta categoría, es a lo que debe aspirar este Mallorca. Esa exigencia, además de una mera cuestión estética, es el único camino que puede hacer crecer al equipo y permitirle llegar en su mejor momento ahí donde se deciden los campeonatos. Debemos recordar, es bueno hacerlo ahora, encaramados al liderato en la sexta jornada, que sólo hay equipos campeones a final de temporada. Y en Segunda B, además, puede que eso ni siquiera sea suficiente.
Mientras, el equipo ya ha demostrado (muchas) cosas positivas. El balón parado ha recuperado su valor y ha dejado de ser terreno fértil para las contras rivales. Álex López se benefició de la estrategia y abrió la lata frente al Llagostera. Reina echó el candado y dejó la portería a cero en su mejor partido como bermellón. A mí, particularmente, es la versión que más me gusta en un portero de su categoría, alejada de otras interpretaciones como la de Son Malferit. Raíllo es un auténtico lujo para la categoría y creo que no estará mucho tiempo en estrenar su cuenta anotadora en alguna de sus subidas a lo káiser a las que se ha aficionado en las últimas jornadas. Incluso Damià Sabater se atrevió el pasado fin de semana con algún que otro pase en vertical.
Hay mimbres más que suficientes para confiar en este equipo. En el campo y en el banquillo. Porque Vicente Moreno ha logrado transmitir su gen competitivo a un grupo que, por lo visto en las celebraciones, se comporta como una auténtica piña. Despacito y con buena letra. Y así, hasta el final.
RCD Mallorca: Reina; Joan Sastre, Xisco Campos, Raíllo, Bonilla; Rufo (Cano, 55′), Marc Pedraza (José Ángel, 81′), Damià Sabater, Lago Junior; Álex López y Abdón Prats ( Ferràn Giner, 69′).
Goles: 1-0 (29′) Álex López, tras jugada de estrategia; 2-0 (60′) Abdón Prats tras jugada colectiva; 3-0 (73′) Lago Junior culmina una contra; 4-0 (88′) Álex López, de cabeza, tras un buen centro de Giner.
* Columna de opinión publicada en El Mundo – El día de Baleares el 11 de Octubre de 2017.