Tolo Ramón (Palma, 1969) es uno de los analistas deportivos más respetados en la Isla. Le hemos visto en televisión (IB3), le hemos escuchado en antena (Ona Mallorca, COPE Mallorca, IB3 y Canal 4) y hemos asentido en más de una ocasión al leer sus artículos (El Mundo – El día de Baleares, Fútbol desde Mallorca). Tolo sabe, pero además lo explica bien. A través del análisis es capaz de elaborar una crítica alejada del catastrofismo y con la sana intención de sumar, de aportar, de remar. Así se ganó nuestro respeto. Nuestro cariño se lo entregamos simplemente por su condición de mallorquinista. Eso, basta. Él, Tolo, es uno de los nuestros.
Muchos, “quizá demasiados”, son los encuentros que Tolo ha visto de Segunda División B. Y lo tiene claro, muy claro. “El Mallorca se encontrará partidos muy enrocados. Con pocas ocasiones y con un fútbol poco vistoso. Es la idiosincrasia de la categoría. Alternar diferentes superficies (césped artificial con natural), dimensiones reducidas en los terrenos de juego y poco espacio en campo contrario. La Segunda División es un infierno, pero en Segunda B cada partido se puede convertir en un infierno insoportable”.
El pasado reciente del Mallorca supondrá una presión extra a la hora de afrontar el campeonato. El conjunto bermellón será uno de los cocos de la categoría y todos sus desplazamientos estarán marcados en rojo en el calendario de sus anfitriones. “Los mallorquinistas tendrán que asumir el peso de protagonista en todos los partidos y eso conllevará un desgaste extra. Por lo general, no debe haber grandes goleadas o exhibiciones. Todo lo contrario. Aquí cualquier equipo te pinta la cara y se lleva la victoria. Los seguidores tenemos que entender que ganar será difícil. Ascender todavía más”.
Tolo tira de prudencia y no se atreve “a enumerar favoritos de cara al ascenso”. Pero el sentido común no está reñido con la exigencia. “El Mallorca tiene que asumir el reto de hacerse con el título y conquistar el ascenso. Contará con uno de los presupuestos más altos de la categoría y debe conseguir resultados. Eludir esa responsabilidad es imposible. Es así”.
Los millones pueden ayudar, pero Tolo Ramón tiene claro cuál es el camino más corto hacia los tres puntos. “El talento es menor que en Primera o Segunda, pero la preparación física general es alta. Aquí es donde aparece la dificultad. Un buen portero, un eje defensivo sin fisuras, un especialista a balón parado y poderío en el juego aéreo terminan siendo la clave de muchos partidos. Hay que tener los recursos suficientes en una categoría donde existe una gran dificultad para progresar en el juego de forma eficaz. Llevar jugadores y balón a la zona de finalización es mucho más complicado”.
¿Y cómo se está reforzando el equipo? ¿Hay una plantilla de garantías para afrontar una liga tan dura y larga como la Segunda División B? “La dirección deportiva ha incorporado experiencia, compromiso y manual de Segunda B. Después tendrán que llegar los resultados, pero en principio, se está fichando de forma correcta. Yo incorporaría más gol, un especialista en la estrategia y un medio centro más. En cualquier caso, hay tres balas que pueden ser clave: Raíllo, Pol y Lago”.
Tolo es consciente que la continuidad de los tres jugadores citados, más la de Damià Sabater, está en el aire. Pero a pesar de ello asegura que “Lago Junior puede ser canela fina en esta categoría. Su velocidad, sobre todo en Son Moix, puede desorientar a muchos defensores contrarios”. Sobre el caso Raíllo lo tiene diáfanamente claro. “Una disculpa a tiempo es mejor que el silencio. El seguidor mallorquinista es muy listo y sabe encajar cuando es necesario. Es un futbolista con buena capacidad para Segunda B, pero su situación pública tiene que reconducirse”. Tolo no se olvida de la cantera, a la que considera “muy importante” y deposita su “confianza en Baba y Cedric”.
Tolo Ramón no es ajeno al torbellino institucional que ha envuelto al club en la última época. “Los seguidores rojos somos de la Institución. Dirigentes, jugadores, entrenadores y demás personal van y vienen, pero el Club siempre permanece. La actual cúpula mallorquinista tendrá la dificultad de ganarse una confianza que ha perdido de manera justa en su totalidad. También es cierto que la propiedad ha decidido la continuidad del ejecutivo y que, en algún momento, los seguidores deberemos empezar a valorar el futuro sin olvidar el pasado. La tranquilidad siempre es un buen aval para un club de fútbol y, aquí, el Mallorca puede tener más dificultad que el resto”.