¡Qué ganas tenía de escribir esta crónica! Semanas llevaba reservándome el titular y, por fin, lo he podido utilizar. Que no nos engañen los signos de exclamación. La cosa sigue estando muy, pero que muy difícil, pero qué bien sienta ganar después de tanto tiempo. Aún así, prefiero hablar en voz baja, entre susurros. Si me lo permitís, casi en confidencia de amigo. Nada hay de lo que enorgullecerse, sólo faltaría. Muchos, demasiados, son los golpes que ya nos hemos llevado. Basta echar una mirada a la clasificación para darse cuenta de que todavía es demasiado pronto para encender los cohetes. Pero, tal y como nos recuerda la película, Amanece, que no es poco. A falta de seis jornadas, el Mallorca sigue vivo.
Susurros
30 domingo Abr 2017
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