…el loco es el rey. El iluminado, ese que todavía cree en la salvación. A ese nos tenemos que aferrar. Al insensato que no ha podido extirpar su gen competitivo. Ese que le atormenta y le humilla cada vez que contempla la clasificación. Al perturbado que aún ama este deporte y cuya semana se divide en un antes y en un después del partido. Al irresponsable al que todavía le queda orgullo y vergüenza. Ese que prefiere meter la pierna antes que pensar en su futuro de cara a la próxima temporada. Al mallorquinista, que alguno queda. Porque ya no hay absolutamente nada que perder, nada. Y así y todo, creen. Locos, locos de atar. A esos los quiero en mi equipo.
Porque ya son muchos los que nos recuerdan a diario que la salvación es imposible. Que el equipo acumula tan solo seis victorias en todo el campeonato y que la dinámica es de descenso a Segunda B. Y tienen razón, toda la razón del mundo. Pero su sensatez, su lógica y su cordura son ahora tan ciertas como inútiles. Que el Levante nos dobla en puntuación es irrefutable, ¿y qué? ¿No salimos a disputar el partido?
Doce partidos, 36 puntos, 1.080 minutos sólo aptos para dementes. Para confiar sin argumentos. Para esperar sin atisbar luz en el horizonte. Pero con el alivio, al menos, de que el desenlace está cercano. No pensar, porque quien piensa pierde. Tirar de amor propio. Aprovechar la liberación que supone no tener nada para darlo todo. Condensar el cosmos en 90 minutos. Porque esto es fútbol y aquí todo puede pasar. ¡¡¡Si hasta el Mallorca ganó en Córdoba!!!
A Olaizola sólo le queda confiar en aquellos que no se pliegan ante la adversidad. Aquellos que convierten lo imposible en un desafío. Hombres valientes por encima de futbolistas. A estas alturas nadie ha demostrado ser mejor que nadie y sí peor que la mayoría. Cambiemos el criterio y apostemos por el compromiso, por la entrega, por el esfuerzo. En el examen por la permanencia son las asignaturas que te dan el aprobado.
Apostemos por los enajenados, impermeables a la realidad que les rodea. Aquellos dispuestos a acometer la temeridad de pelear por la victoria frente al líder primero y conseguir la permanencia a final de temporada después. Soñemos y nos quedaremos cortos. Porque en caso de consumarse el desastre, ya nos vendrán a despertar. Una legión entera de cuerdos y sensatos aporreará nuestra puerta y nos recordará que ya estábamos avisados.
*Artículo publicado en Fútbol desde Mallorca el 21 de Marzo de 2017.
Machote!!!!!
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