Corría el verano de 1995 y Olaizola desembarcaba a primera hora de la mañana en Palma acompañado de los otros dos vascos que ficharía el Mallorca aquella temporada, el delantero Aitor Huegún y el portero Xabier Mancisidor. Un grupo de periodistas acudió a cubrir la noticia, pero el que no lo hizo fue Damià Amer, encargado por aquel entonces de recibir a las nuevas incorporaciones del club. Descuido, equivocación o un despertador sin pilas fueron las causas de su ausencia y de otra de aquellas preciosas anécdotas que se daban cuando el fútbol todavía era fútbol. Sea como fuere, nadie del club acudió a recoger al actual entrenador del Mallorca esa mañana de verano. Fue Pep Lluis Bauzà, productor en COPE Mallorca, enorme profesional y del que me jacto ser buen amigo, quien, ni corto ni perezoso, encajó a los futbolistas y todo su equipaje en la unidad móvil y les acercó hasta un hotel en S’Arenal.
Nada en la trayectoria de Olaizola como bermellón se ha regido por las normas de la lógica. Sirva su llegada a la Isla como prefacio de una historia diferente. Porque curioso es, también, que un lateral aguerrido y peleón como lo fue el donostiarra, provocara más faltas de las que cometía en la banda derecha, su hábitat natural. Su debut esta temporada no podía ser menos y, con la ayuda de sus pupilos, se encargó de dinamitar el dicho de “a entrenador nuevo, victoria segura”. Y no fue una derrota, sino dos. Porque él es vasco, o mallorquín. Ya no lo recuerdo. Lo dejaremos en mallorquinista. La cuestión es que estamos hablando de Olaizola. Y él hace lo que quiere.
Su designación como entrenador esta temporada suscitó dudas y recelos, que se vieron acrecentados por las dos primeras derrotas en Almería y Soria. Llegó el parón navideño y Olaizola amasó el valor suficiente como para poner en práctica sus ideas. Valiente como pocos, el Vasco tiró de James para derrotar al Mirandés en casa y arrancar el año con victoria. El míster no se arredra y ha tirado abajo la puerta que separa el vestuario del primer equipo del filial. Lo dijo en su presentación y ha cumplido su palabra. De su mano ya han debutado esta temporada Ángel Sánchez y Juanjo Nieto. Además, saltándose otro principio como el de adaptación, tal vez obligado por la bajas, ofreció la titularidad a Álex Vallejo en Reus tras 24 minutos de juego y más de dos años de inactividad.
Queda mucho trabajo por delante y Olaizola todavía no ha conseguido nada. El descenso sigue asomando y el calendario no da tregua. Puede que al míster le falte experiencia como entrenador al máximo nivel, no lo sé. Pero de lo que sí anda sobrado es de horas, charlas y entrenos bajo las órdenes de los mejores. La entrega y el sacrificio del mejor Mallorca de Cúper y la motivación y las ganas de salir a la contra de Luis Aragonés ya han aparecido en alguno de los últimos tres partidos.
*Artículo publicado en Fútbol desde Mallorca el 26 de Enero de 2017.