De tanto mirar arriba y abajo en la tabla nos va a pegar una tortícolis de padre y muy señor mío. Si eso no fuera suficiente, los bruscos cambios en nuestro estado de ánimo derivados del vaivén clasificatorio pueden degenerar en trastornos severos en nuestro sistema nervioso. El Mallorca ni era tan malo antes del partido frente al Córdoba ni es tan bueno a día de hoy. Para afrontar un campeonato tan largo como el de la Segunda División, con 42 jornadas de por medio y un posible playoff de regalo, lo mejor que pueden ir haciendo es pedir hora para su médico de cabecera, acercarse a su centro de salud e inyectarse una buena dosis de cholismo. Falta nos va a hacer.
El ‘cholismo’ y su profeta
14 lunes Nov 2016
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